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Libro D: Oración

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Libro F: Ayuno

Libro G: Zakat

Libro H: Peregrinación

Libro I: Alimentación

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Libro L: Matrimonio y Divorcio

Libro M: Derecho Mercantil

Libro N: Manumisión

Libro Ñ: Patrimonio

Libro O: Derecho Penal

Libro P: Derecho Procesal

Libro Q: Derecho de Sucesiones

Libro R: Miscelánea

Libro S: Postfacio

ANEXO I

ANEXO II

ANEXO III


Índice

d1 Capítulo sobre los tiempos de las oraciones y sus nombres.

d2 Capítulo sobre la llamada a la oración (aḏān) y la iqāma.

d3 Capítulo sobre el modo de hacer las oraciones obligatorias y sobre las prácticas supererogatorias y recomendables según la sunna relacionadas con dichas oraciones.

d4 Capítulo sobre el imamato y las reglas concernientes al imâm y a quien le sigue.

d5 Capítulo general sobre la oración.

d6 Capítulo sobre la postración al recitar el Corán.

d7 Capítulo sobre la oración de viaje.

d8 Capítulo sobre la oración del viernes (al-ŷumuca).

d9 Capítulo sobre la oración del temor.

d10 Capítulo sobre la oración de las dos fiestas (al-cîdain) y el takbîr el día de Minà.

d11 Capítulo sobre la oración del eclipse.

d12 Capítulo sobre la oración de petición de lluvia.


d1 CAPÍTULO SOBRE LOS TIEMPOS DE LAS ORACIONES

Y SUS NOMBRES[1]

[Tiempo de la oración de la mañana o ṣubḥ]

1. En cuanto a la oración de la mañana (ṣubḥ), se trata de la “oración del medio”[2] para la Gente de Medina[3]. Y es la oración del alba.

2. Su tiempo empieza al romper el alba, cuya luz se expande[4] por el extremo Este, yendo de la alquibla[5] a la parte posterior de la misma[6] hasta que se eleva y baña el horizonte.

3. El final de su tiempo lo indica la claridad patente en la que, tras hacer el saludo del final de la oración, aparece el disco solar[7].

4. Entre estos dos momentos hay un tiempo amplio; pero lo mejor es rezar al principio[8].

[Tiempo de la oración del mediodía o ẓuhr]

5. El tiempo de la oración del mediodía comienza cuando el Sol abandona su cenit y la sombra comienza a alargarse[9].

6. En verano[10], es meritorio retrasar la oración hasta que la longitud de la sombra de los objetos sea el de un cuarto de la altura del objeto más la longitud que tenía la sombra del objeto en cuestión en el momento en que el Sol abandonó su cenit[11].

7. Según otra opinión, eso es sólo meritorio en las mezquitas para que la gente pueda llegar a la oración. Pero para el que reza solo, lo mejor es que lo haga al principio del tiempo.

8. Otros opinan que cuando aprieta el calor lo mejor es no rezar hasta que refresque aunque se esté solo, ya que el Profeta (que Allah le bendiga y le dé paz) dijo: Rezad cuando refresque, pues el calor sofocante es parte de las llamas del Infierno.

9. El final del tiempo[12] es cuando la longitud de la sombra de los objetos es igual a la altura de los mismos, más[13] la sombra que tenían al mediodía.

[Tiempo de la oración de la tarde o caṣr]

10. El comienzo del tiempo de la oración de la tarde es el final del tiempo[14] de la oración del mediodía.

11. Y el final de su tiempo[15] lo indica cuando la longitud de la sombra de los objetos es igual al doble de la altura de los mismos más[16] la sombra que tenían al mediodía.

12. Según otra opinión, si se coloca uno de cara al Sol, erguido, sin inclinar ni bajar la cabeza y se llega a divisar el Sol con la vista[17], entonces ha comenzado el tiempo de la oración. Si no llega a divisarse con la mirada, es que aún no ha comenzado su tiempo. Y el que el Sol se halle por debajo de tu campo visual significará que el tiempo está bien entrado[18].

13. Lo que Mālik (que Al·lāh tenga misericordia de él) ha especificado[19]es que el tiempo de dicha oración dura mientras no amarillee el Sol[20].

[Tiempo de la oración del crepúsculo o magrib]

14. El tiempo[21] de la oración del crepúsculo (conocida como ṣalātu-š-šāhid “oración del que está presente”, puesto que el viajero no la acorta y la reza como si estuviera presente en su lugar de residencia) viene indicado con la puesta del Sol[22].

15. Cuando el Sol desaparece tras el velo[23], se hace obligatoria la oración, la cual no ha de ser retrasada.

16. No tiene más que un solo tiempo[24], respecto al cual no hay que retrasar la oración.

[Tiempo de la oración de la noche o cišā’]

17. El tiempo de la oración de la oscuridad (al-catma), que se trata de la oración de la noche (al-cišā’) – siendo este último nombre el que más le conviene[25]–, comienza con la desaparición del crepúsculo vespertino (šafaq).

18. El crepúsculo vespertino (šafaq) es el reflejo rojizo que queda al ponerse el Sol, producto de sus últimos rayos.

19. Su tiempo comenzará cuando por poniente ya no quede reflejo rojizo ni amarillento alguno.

20. No se tomará en cuenta el reflejo blanquecino que aún perdure[26].

21. El tiempo[27] dura hasta el primer tercio de la noche[28], para quien quiera retrasar la oración por estar ocupado[29] o imposibilitado[30]. Aunque hacerla al principio de su tiempo es mejor.

22. No hay problema en retrasar ligeramente esta oración en las mezquitas para permitir que la gente se reúna[31].

Es desaconsejable dormir antes de hacerla[32] y hablar de algo no importante después de concluirla[33].


[1] El conocimiento de los tiempos de la oración es una obligación de carácter individual (farḍ cain) para todo aquel que sea capaz de apreciarlos. El que no pueda, como el que sea ciego, tiene que regirse por el que pueda. El emir de una comunidad de musulmanes tiene que designar a una persona conocedora de la jurisprudencia necesaria que se encargue de identificar y anunciar los tiempos de las oraciones. Estas personas suelen ser los almuédanos. La base para la identificación de los tiempos de la oración son momentos determinados del día y la noche caracterizados por determinadas longitudes de sombras o tonos determinados del cielo. Sin embargo a lo largo de los siglos se ha desarrollado un cálculo astronómico que permite calcular con total exactitud los tiempos de oración de cualquier punto del planeta dependiendo de su latitud y longitud. Este cálculo astronómico está totalmente aceptado por todas las escuelas jurídicas incluida la mālikī (véanse los Qawānīn de Ibn Ŷuzayy, la Glosa al Comentario Menor de Mayyāra de Ibn Al-Ḥaŷŷ o el Aqrab al-Masālik de Ad-Dardīr). Ello tiene determinadas ventajas como, por ejemplo, el permitir conocer los tiempos de oración en los días nublados o en los núcleos urbanos donde sea imposible determinar algunos de los tiempos de las oraciones por estar rodeados de montañas altas o, en nuestra época, por impedir la polución atmosférica o luminosa identificar ciertos tonos y luces del cielo. Sin embargo, somos de la opinión de que siempre que se pueda hacer del modo originario - y sin que ello suponga una carga excesiva para la persona - se haga así por el beneficio que comporta el seguir la Sunna la cual no está basada en cálculos astronómicos, y el mantenerse en contacto con los signos de la naturaleza que Al·lāh ha creado para el cómputo.

El tiempo de la oración se divide en:

1. tiempo de ejecución (adā’)

2. tiempo de recuperación (qaḍā’)

A su vez, el tiempo de ejecución se divide en:

Tiempo electivo (ijtiyārī) o espacio temporal en el que la persona puede elegir el hacer la oración en cualquiera de sus puntos.

Tiempo necesario (ḍarūrī) o espacio temporal en el que la persona no puede elegir el hacer la oración en cualquiera de sus puntos.

Del mismo modo, el tiempo electivo se divide en:

1. Tiempo meritorio (faḍīla), que suele ser al principio del espacio temporal.

2. Tiempo permitido (tawsica), el resto del espacio temporal.

La condiciones que hacen obligatoria la oración son cinco:

1. Ser musulmán.

2. Haber alcanzado la pubertad.

3. No estar en período de menstruación.

4. No estar en período de puerperio.

5. Haber comenzado el tiempo de la oración.

La oración es el más importante de los actos de adoración ya que fue hecha obligatoria en el cielo la noche de la Ascensión (isrā’) a los cielos del Profeta Muḥammad, la paz sea con él. Mientras que los otros actos de adoración fueron hechos obligatorios en la Tierra.

Es asimismo necesario conocer cada oración por su nombre, ya que no distinguir una oración de otra sería algo que las invalidaría.

[2] Aquí el autor hace referencia a la siguiente aleya coránica:

“Cumplid con las oraciones prescritas y con la oración del medio, y presentaos ante Al·lāh con total entrega”. Corán, 2:238.

[3] Y por lo tanto para el Imam Mālik. Otra opinión con fuerte fundamento y atribuida a cAlī b. Abī Ṭālib, que Al·lāh esté complacido con él, sostiene que la "oración del medio" a la que se refiere Al·lāh en el Corán es la oración del caṣr (de la tarde).

[4] Con esto se refiere al “alba verdadera” (al-faŷr aṣ-ṣādiq) cuya luz se expande por el horizonte. Y no al “alba falsa” (al-faŷr al-kāḏib) cuya luz, con la forma de “cola de lobo”, se eleva hacia el cielo y luego desaparece sin extenderse.

[5] Dirección Sudeste.

[6] (Dubur al-qibla), se refiere a la dirección Nordeste. Nótese que esto sólo acontece en lugares donde el levante y la alquibla coinciden; ya que en países situados al Este de La Meca el levante y la alquibla no coincidirían.

[7] Según estas palabras, la oración de la mañana (ṣubḥ) no tiene tiempo necesario. Esta es la opinión de Mālik más difundida; Ibn cAbd Al-Barr afirma que se trata de la práctica establecida y el Qāḍī cIyyād dice que así opinan el resto de los ulemas y muftis dignos de ser seguidos. Sin embargo, otros ulemas, basándose en lo que figura en la Mudawwana de Sahnūn y el Mujtaṣar de Jalīl, opinan que la oración de la mañana tiene un tiempo electivo que va desde el alba (faŷr) hasta la llamada claridad alta (al-isfār al-ac) o momento en que estando en un lugar descubierto se puedan identificar los rostros de las personas; y un tiempo necesario que va desde el comienzo de la claridad alta hasta el momento de la aparición del disco solar.

[8] Esto es: en los momentos de oscuridad que siguen al rayar del alba (galas en árabe). Y ello ya que esa fue la práctica del Profeta, la paz sea con él, y de los Califas Rectamente Guiados.

[9] Este momento se denomina en árabe zawāl.

[10] Y según muchos, también en invierno ya que la causa del retraso es el hecho de estar ocupado en los quehaceres cotidianos y laborales, cuestión que ocurre tanto en invierno como en verano.

[11] Este es uno de los puntos de más difícil comprensión y traducción de la Risāla y donde muchos traductores han fallado. Su explicación es la siguiente: Todo objeto refleja una sombra que es alargada cuando sale el Sol y va acortándose a medida que el Sol va ascendiendo, hasta que alcanza su mínima longitud cuando el Sol alcanza su máximo punto de ascenso o cenit. A partir de ese momento, la sombra comienza a alargarse a medida que el Sol se dirige hacia poniente, alargándose la sombra al máximo en el momento en que el disco solar está poniéndose. El momento en que la sombra deja de acortarse para empezar a alargarse es el momento en que comienza el tiempo de la oración del medio día. Con fines aclaratorios, vamos a llamar a dicha sombra “sombra del mediodía”. La “sombra del mediodía” de un objeto cualquiera tiene una longitud determinada que varía de verano a invierno. En verano es más corta, por estar el Sol más alto; y en invierno es más larga, por estar el Sol más bajo. También varía según la latitud en que se esté. Cuanto más alejado hacia el Norte o hacia el Sur se esté del Ecuador más bajo estará siempre el Sol y por lo tanto la sombra será siempre más larga, mientras que en el Ecuador o zonas cercanas, los objetos pueden llegar a no tener ni siquiera “sombra del mediodía” por hallarse el Sol totalmente perpendicular sobre ellos. A dicha “sombra del mediodía” de un objeto cualquiera - sea cual sea su longitud - habrá que añadirle lo que mida el cuarto de la altura del objeto en cuestión. La suma de ambas longitudes (sombra del mediodía del objeto + un cuarto de la altura del objeto) dará una longitud determinada que cuando sea alcanzada por la sombra del objeto en cuestión quedará determinado el tiempo al que es meritorio retrasar en verano la oración del mediodía.

[12] Del tiempo electivo, se entiende; ya que el tiempo necesario de la oración del mediodía se extiende hasta la puesta del Sol.

[13] La traducción literal de bacda sería “después” en vez de “más”. Sin embargo, si ponemos “después” queda confuso y nada claro el hecho de que hay que sumar a la longitud de la sombra que el objeto tuvo al mediodía la propia longitud del objeto. Esas dos longitudes sumadas dan una longitud que cuando la alcance la sombra del objeto marcará el final del tiempo de la oración del mediodía. De ahí que hayamos optado por traducir bacda por “mas” y no “después”.

[14] Electivo.

[15] Electivo.

[16] Véase nota 13.

[17] Esto es: si el Sol cae dentro de tu campo visual.

[18] Se le ha criticado al autor la mención de esta opinión por dos razones. Una de ellas es que no se sabe de quién es la mencionada opinión. La otra es que ese método no es aplicable ni en todas la épocas del año ni en todas las latitudes.

[19] Según lo que de él nos transmite Ibn Al-Qāsim.

[20] No se refiere al amarillear del disco solar, sino al amarillear de la luz solar que baña el suelo y los edificios.

[21] Electivo.

[22] Se refiere a la total desaparición del disco solar detrás del horizonte en un lugar llano donde la visión no esté obstruida por montañas. Según Ibn Bašīr, en los lugares donde las montañas obstruyan la visión de poniente, se observará si aparecen tinieblas por la zona de levante, lo cual es indicativo de que el Sol se ha puesto.

[23] Se refiere al velo del horizonte.

[24] Se refiere al tiempo electivo, el cual es bastante corto, pues su duración se extiende en lo que se tarde en realizar las condiciones que la hacen posible (gusl, wuḍū’, cubrirse la desnudez, etc.) y lo que se tarde en hacer la oración. Según otra opinión adoptada por otros muchos ulemas de la escuela mālikī como, por ejemplo, Al-Bāŷī, Ibn cAbd Al-Barr, Ibn Rušd, Al-Lajmī, Al-Māzirī, etc., el tiempo electivo de la oración de magrib se extiende hasta el principio del tiempo de la oración de la noche cišā’. No obstante, la opinión preferente (ar-rāŷiḥ) es la primera. En cuanto al tiempo necesario (ḍarūrī) de la oración del crepúsculo, se extiende hasta la aurora (faŷr).

[25] El llamar a la oración de la noche con el nombre de al-catma es considerado desaconsejable (makrūh) por el Imām Mālik.

[26] A diferencia de Abū Ḥanīfa, el cual no considera que el tiempo de la oración de la noche haya comenzado hasta que no desaparezca incluso el reflejo blanquecino.

[27]Se refiere al tiempo electivo.

[28]Esa es la opinión más generalizada (mašhūr). Ibn Al-Ḥabīb afirma que su tiempo electivo dura hasta la primera mitad de la noche. En ambos casos, la noche empieza al comienzo de la oración de magrib y acaba al comienzo de la oración de ṣubḥ.

[29]Debido a una tarea importante.

[30]Como, por ejemplo, debido a una enfermedad.

[31]Sin embargo, la opinión más firme es que es preferible no retrasar la oración ni siquiera en las mezquitas.

[32]O sea, antes de hacer la oración de la noche (cišā’).

[33]Y ello ya que el gastar el tiempo en vaniloquio puede tener como resultado el que no acabe despertándose para la oración de la mañana (ṣubḥ), que no pueda despertarse para hacer las oraciones supererogatorias de la noche (tahaŷŷud) o la invocación (ḏikr) fuertemente recomendada que se realiza antes de la aurora (faŷr).

Sin embargo, se pueden hacer excepciones en caso de que se hable de cuestiones relacionadas con el conocimiento religioso o las prácticas de adoración, cuando se trata de la noche de bodas, cuando se tiene un invitado, cuando alguien acaba de llegar de viaje o va a emprenderlo inmediatamente o se trata de cuestiones que aportan un determinado beneficio (maṣlaḥa) a la persona tal y como la venta, la compra o la labor relacionada con la profesión de uno.

Has de saber que es incorrecto retrasar la oración en su tiempo necesario (waqt ḍarūrī) a no ser que se esté compelido por la necesidad (ḍarūra). En cuanto a los tiempos necesarios de las oraciones, son los siguientes:

1. Con respecto al de la oración de la mañana (ṣubḥ), ya lo hemos mencionado en la nota 7.

2. En cuanto a la oración del mediodía (ẓuhr), empieza cuando empieza el tiempo electivo de la oración de la tarde (caṣr) y acaba con la puesta del Sol.

3. En cuanto a la oración de la tarde (caṣr), empieza con el amarillear del Sol (iṣfirār) y acaba con la puesta del Sol.

4. En cuanto a la oración de la puesta del Sol (magrib), empieza tras acabar de realizarla y acaba con la aurora.

5. Y con respecto a la oración de la noche (cišā’), empieza tras el primer tercio de la noche y acaba con la aurora.

Se consideran compelidos por la necesidad las siguientes personas:

1. la menstruante,

2. la mujer en estado de puerperio,

3. el infiel que luego abraza el Islam,

4. el menor,

5. el epiléptico,

6. el que se ha desvanecido,

7. el dormido,

8. y el olvidadizo.

Todos estos no comenten incorrección alguna al realizan la oración en tiempo necesario debido a un impedimento que les impedía hacerla en tiempo electivo.

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