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Libro N: Manumisión

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Libro O: Derecho Penal

Libro P: Derecho Procesal

Libro Q: Derecho de Sucesiones

Libro R: Miscelánea

Libro S: Postfacio

ANEXO I

ANEXO II

ANEXO III


Índice

e1. Capítulo sobre lo que se ha de hacer con el agonizante, el lavado del cadáver, su amortajamiento, su perfumado, su transporte e inhumación.

e2. Capítulo sobre la oración fúnebre y el ruego en favor del difunto.

e3. Capítulo sobre el ruego en favor del menor, su oración fúnebre y su lavado.


e2 CAPÍTULO SOBRE LA ORACIÓN FÚNEBRE

Y EL RUEGO EN FAVOR DEL DIFUNTO[1]

[Reglas concernientes a la oración fúnebre y modo de realizarla]

1. Los takbīres que se pronuncian sobre el féretro son cuatro[2]. Se elevan las manos al pronunciar el primero, sin que haya inconveniente en que se eleven las manos con cada takbīr[3].

2. Si se desea se puede hacer una súplica tras el cuarto takbīr y luego saludar; o se saluda inmediatamente tras dicho takbīr[4].

3. El Imām se sitúa a la altura de la cintura del hombre; y a la altura de los hombros de la mujer[5].

4. El saludo de la oración fúnebre consiste en un solo saludo en voz baja que pronuncian tanto el Imām como el que reza con él (ma’mūm)[6].

5. Asistir a la oración fúnebre[7] tiene un qīrāt de recompensa. Asistir a un entierro también tiene un qīrāt de recompensa. Ello viene representado por una recompensa igual en tamaño que el monte Uḥud[8].

[Lo que se dice como súplica cuando se le reza la oración fúnebre a un difunto]

6. Lo que se dice como ruego para el difunto no es nada determinado[9], habiendo amplitud en todo ello[10].

7. De entre lo que se recomienda decir en dichas ocasiones es que se haga el takbīr y, acto seguido, se diga: al-ḥamdu lillāhi-l-aḏī amāta wa aḥyā, wa-l-ḥamdu lillāhi-l-aḏī yuḥī-l-mawtà, lahu-l-cazamatu wa-l-kibriyā’u wa-l-mulku wa-l-qudratu wa-s-sanā’u, wa huwa calà kulli šai’in qadīr. Al·lāhumma salli calà Muḥammadin wa calà āli Muḥamad, kamā sallaita wa raḥimta wa bārakta calà Ibrāhīma wa calà āli Ibrāhīm fī-l-cālamīna innaka ḥamīdun maŷīd. Al·lāhumma innahu abduka wa bnu cabdika wa bnu amatika, anta jalaqtahu wa razaqtau, wa anta amattahu wa anta tuḥyīhi, wa anta aclamu bisirrihi wa calāniyatini, ŷicnāka šufacā’a lahu fašafficnā fīh. Al·lāhumma innā nastaŷīru biḥabli ŷiwārika lahu, innaka ḏū wafā’in wa ḏimma. Al·lāhumma qihi min fitnati-l-qabri, wa min caḏābi ŷahannam. Al·lāhumma gfir lahu wa rḥamhu wa cafu canhu wa cāfihi, wa akrim nuzulahu, wa wassic madjalahu, wa gsilhu bi mā’in wa ṯalŷin wa baradin, wa naqihi mina-al-jatāyā kamā yunaqqà-ṯ-ṯawbu-l-abyadu mina-d-danas, wa abdilhu dāran jairan min dārihi, wa ahlan jairan min ahlihi wa zawŷan jairan nin zawŷih. Al·lāhumma in kāna muḥsinan fazid fī iḥsānihi, wa in kāna musī’an fataŷāwaz canh. Al·lāhumma innahu qad nazala bika wa anta jairu manzūlin bihi, faqīrun ilà raḥmatika, wa anta ganiyyun can caḏābih. Al·lāhumma ṯabbit cinda-l-mas’alati mantiqahu, wa lā tabtalihi fĪ qabrihi bimā lā tāqata lahu bih. Al·lāhumma lā taḥrimnā aŷrahu wa lā taftinnā bacdahu[11]. Y se dice tras cada takbīr[12].

8. Y se dice tras el cuarto takbīr[13]: Al·lāhumma gfir liḥayyinā wa mayyitinā, wa ḥādirinā wa gā’ibinā, wa sagīrinā wa kabīrinā, wa ḏakarinā wa unṯānā, innaka taclamu mutaqallabanā wa maṯwānā, wa liwālidīnā wa li man sabaqanā bi-l-īmāni, wa li-l-muslimīna wa-l-muslimāti wa-l-mu’minīna wa-l-mu’mināti, al-aḥyā’i minhum wa-l-amwāt. Al·lāhumma ma aḥyaitahu minnā fa aḥyīhi calà-l-īmāni, wa man tawaffaitahu minnā fatawaffahu calà-l-islāmi, wa ascidnā biliqā’ika, wa tayyibnā lilmawti wa tayyibhu lanā, wa ŷcal fīhi rāḥatanā wa masarratanā[14]. Y, seguidamente, saludas[15].

[Qué se dice como súplica cuando se le reza la oración fúnebre a una mujer]

9. Si se trata de una mujer dices: Al·lāhumma innahā amatuka[16]. Para continuar mencionándola en femenino[17]. Con la excepción de que no dices: wa abdilhā zawŷan jairan min zawŷihā[18]; ya que puede terminar siendo en el Jardín esposa de su actual marido en este mundo. Las mujeres del Jardín permanecen con sus esposos sin desear cambiarlos. El hombre, no obstante, puede tener numerosas esposas en el Jardín, mientras que la mujer no tiene numerosos esposos.

[Varios difuntos en una sola oración y su entierro en una fosa común]

10. No hay inconveniente[19] alguno en reunir varios féretros en una sola oración[20].

11. Si entre los difuntos hay mujeres, que se ponga a los hombres a continuación del Imām.

12. Si hay varios hombres, que se ponga al más virtuoso a continuación del Imām; poniéndose tras ellos a las mujeres y los niños en dirección hacia la qibla[21].

13. No hay inconveniente en poner los cuerpos en una sola fila, estando más cerca del Imām el más virtuoso de ellos[22].

14. Cuando se entierren varios cuerpos en una sola tumba, que se coloque al más virtuoso de ellos más cerca de la qibla[23].

15. Quien haya sido enterrado sin que se le hubiese hecho la oración fúnebre, que se le rece dicha oración en su tumba[24].

16. No se ha de realizar la oración fúnebre a quien ya se le ha realizado[25].

17. Se hace la oración fúnebre cuando los restos del difunto constituyen la mayor parte del cuerpo[26].

18. Hay discrepancias en torno a si se realiza la oración fúnebre cuando los restos son sólo una mano o un pie[27].


[1] La calificación jurídica de la oración fúnebre es la de obligación comunitaria (farḍ kifāya). Está prohibido realizarla mientras sale el Sol o se pone, teniéndose que repetir de nuevo la oración si se hubiese realizado en dichos momentos, siempre y cuando no se haya ya enterrado al difunto. Es desaconsejable rezarla cuando clarea el alba (isfār) y cuando amarillea la tarde (iṣfirār). Todo ello, siempre que no se tema que el cadáver empiece a descomponerse, en cuyo caso está permitido rezar la oración fúnebre en cualquier momento. El que primero merece dirigir la oración fúnebre es aquel a quien se lo hubiese encargado el difunto antes de su muerte. Luego, el tutor del difunto.

[2] Éste es uno de los cinco pilares de esta oración. Los otros cuatro son: la intención, el estar de pie, la súplica y el saludo final. Y es condición para que sea válida el hacerla con un Imam (según Ibn Rushd).

[3] No obstante, la opinión más fuerte es que elevar las manos en los tres últimos takbīres es contrario a lo preferido (jilāf al-awlà).

[4] Jalīl sostiene que hacer una súplica tras el último takbīr es la opinión preferente.

[5] Es a título recomendable y aplicable tanto para el Imām como para el que hace la oración solo.

[6] Ma’mūn es la palabra técnica para designar a la persona que reza tras un Imām. El Imām pronunciará el saludo de tal forma que se oirá a sí mismo y le oirán quienes se hallen cerca de él. El ma’mūn lo pronunciará de tal forma que sólo se oiga a sí mismo.

[7] De un musulmán.

[8] O sea a la recompensa de haber dado como limosna una cantidad de oro igual al monte Uḥūd.

[9] No es nada determinado ya que se han transmitido distintas versiones de dicho ruego.

[10] Has de saber que el ruego elegido por el autor no se practica por su longitud; siendo el que se practica el elegido por el Imām Mālik en su Muwaṭṭa’ y transmitido por Abū Huraira, cuyo texto es el siguiente: Al·lāhumma innahu abduka wa bnu cabdika wa bnu amatik. Kāna yašhadu an lā ilāha illā anta waḥdaka lā šarīka laka wa anna muḥammadan cabduka wa rasūlika, wa anta aclamu bih. Al·lāhumma in kāna muḥsinan fazid fī iḥsānihi, wa in kāna musī’an fataŷāwaz can sayyi’ātih. Al·lāhumma lā taḥrimnā aŷrahu wa lā taftinnā bacdah. Lo cual significa: “¡Oh, Al·lāh! Se trata de Tu siervo, hijo de Tu siervo y de Tu sierva. Testificaba que no hay mas dios que Al·lāh, solo y sin asociados, y que Muḥammad es Tu siervo y enviado. Y Tú le conocías mejor. ¡Oh, Al·lāh! Si era bueno, aumenta su bondad; y si era malo, pasa por alto sus malas acciones. ¡Oh, Al·lāh! No nos niegues su recompensa y no nos hagas caer en la tentación tras él”. Si uno se limita tan solo a decir: Al·lāhumma gfir lahu wa rḥamhu (¡Oh, Al·lāh! Perdónale y ten misericordia con él) tras cada takbīr, es suficiente.

[11] Cuyo significado es: “Alabado sea Al·lāh que da la muerte y la vida. Alabado sea Al·lāh que resucita a los muertos. Él posee la inmensidad, la grandeza. , el reino, el poder, la exaltación y es poderoso sobre todas las cosas. ¡Oh, Al·lāh! Bendice a Muḥammad y a la familia de Muḥammad, tal y como bendeciste, tuviste misericordia y derramaste baraka sobre Ibrāhīm y sobre la familia de Ibrāhīm, en los mundos, pues eres Alabado y Misericordioso. ¡Oh, Al·lāh! Se trata de Tu siervo, hijo de Tu siervo y de Tu sierva.

Tú le creaste y le diste la provisión; y Tú le das la muerte y le resucitarás. Tú conoces mejor lo que ocultaba y lo manifestaba. Venimos a Ti para interceder por él, acepta, pues, nuestra intercesión. ¡Oh, Al·lāh! Pedimos protección para él con Tú vínculo protector, pues Tú ciertamente cumples Tu palabra y Tu promesa. ¡Oh, Al·lāh! Protégele de las pruebas de la tumba y del tormento del infierno. ¡Oh, Al·lāh! Perdónale, ten misericordia y condescendencia con él y dale bienestar. Proporciónale una noble arribada y una amplia entrada. Lávale con agua, nieve y hielo; y límpiale de errores tal y como se limpia de suciedad una tela blanca. Dale un hogar mejor que el suyo, una familia mejor que la suya y una esposa mejor que la suya. ¡Oh, Al·lāh! Si era bueno, aumenta su bondad; y si era malo, pasa por alto sus malas acciones. ¡Oh, Al·lāh! A Ti ha venido y Tú eres el mejor a quien puede uno ir. Necesita Tu misericordia y Tú no necesitas su tormento. ¡Oh, Al·lāh! Haz firme su habla cuando se le pregunte y no le pongas en su tumba una prueba que no pueda soportar. ¡Oh, Al·lāh! No nos niegues su recompensa y no nos hagas caer en la tentación tras él”.

[12] Excepto el cuarto takbīr.

[13] Si así lo deseas.

[14] Cuyo significado es: “¡Oh, Al·lāh! Perdona a nuestro vivos y a nuestros muertos; nuestros presentes y nuestros ausentes; nuestros menores y nuestros mayores, nuestros varones y nuestras hembras. Ciertamente Tú conoces nuestros actos y cómo acabaremos. Perdona a nuestros padres y a quienes nos han precedido en la fe; a los musulmanes y a las musulmanas; a los creyentes y a las creyentes; los que estén vivos y los que hayan muerto. ¡Oh, Al·lāh! A quien dejes con vida de entre nosotros, hazle vivir en la fe; y a quien de entre nosotros se la quites, hazle que muera en el Islam. Haznos felices con Tu encuentro. Haznos placenteros para la muerte y haz ésta placentera para nosotros. Haz que encontremos en la muerte nuestro descanso y nuestra alegría”.

[15] Como lo haces en la oración normal.

[16] “¡Oh, Al·lāh! Se trata de Tu sierva”.

[17] O sea, dices: “hija de Tu siervo y de Tu sierva”, etc.

[18] “Dale un esposo mejor que el suyo”.

[19] De hecho es meritorio.

[20] Por lo que tendrá que hacer el ruego en dual o plural, masculino o femenino según venga al caso.

[21] No obstante, la opinión más difundida (al-qawl al-mšhūr) es que los niños se sitúan antes que las mujeres. Esta forma de disponer los cuerpos es la de una fila ante el Imām que se extiende en dirección a la qibla.

[22] Aquí se refiere a otra forma de disponer los cuerpos, de tal manera que formen un línea delante del Imām de derecha a izquierda. Esto si se trata sólo de hombres, sólo de mujeres o sólo de niños. Si están mezclados las filas irán de derecha a izquierda, pero paralelas; Estando más cerca del Imām la de los hombres, a continuación la de los niños y luego la de las mujeres.

[23] Se enterrarán varios cuerpos a la vez en una sola tumba en caso de necesidad. Si no hay necesidad para ello, es indeseable hacerlo.

Si no se trata de enterrarlos a la vez, sino que se entierra uno y, tras un tiempo, otro, la regla es la siguiente:

- Si es por necesidad (p. ej., falta de espacio) está permitido.

- Si no es por necesidad, está prohibido; debido a que la tumba del musulmán es un waqf para él.

[24] Para que se le rece en la tumba la oración fúnebre que no se le rezó, tienen que darse las siguientes circunstancias:

1º Que haya sido enterrado tras haberle hecho el gusl.

Si no se le hubiese hecho el gusl, caben dos posibilidades:

Uno) Que se crea que aún no se haya descompuesto el cuerpo, en cuyo caso se le desenterraría para hacerle el gusl.

Dos) Que se crea que ya se ha empezado a descomponerse el cuerpo, en cuyo caso no se le desenterraría para hacerle el gusl; pero tampoco se le rezaría la oración fúnebre en la tumba, ya que ésta ha de ir pareja al gusl.

2º Que se crea que el cadáver haya empezado a descomponerse. Si no es así, hay que desenterrarle para hacerle la oración fúnebre fuera de su tumba.

[25] Ya que es indeseable. A no ser que la oración fúnebre se le haya hecho individualmente, entonces sería meritorio hacérsela con un Imām.

[26] Lo mínimo es que constituyan un tercio del cuerpo.

[27] Lo correcto es no realizar la oración fúnebre por dos razones:

1º Porque lo mínimo es que constituyan un tercio del difunto.

2º Porque una mano o un pie implican la posibilidad de que su dueño esté aún vivo.

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