Índice

Presentación

Introducción al sufismo

La vida de Šayj Aḥmad al-Tiŷānī

Las condiciones de la Vía Tiŷāniyya

El método de la Vía Tiŷāniyya

Los favores de la Vía Tiŷāniyya

La Fayḍa Tiŷāniyya

Šayj Ibrāhīm Nyasse

Šayj cAbda-l·lāh Djā

Enseñanzas de la Vía Tiŷāniyya

Súplicas de la Vía Tiŷāniyya

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Exposición y aclaraciones sobre la Tiŷāniyya y los Tiŷānī.

Una defensa de la Vía Tiŷāniyya

Por

Šayj al-Islām Ibrāhīma Nyasse

(Dios Altísimo esté complacido de él y por él de nosotros)

Exposición y aclaraciones sobre la Tiŷāniyya y los Tiŷānī.

Kitāb Ŷawāhir al-Rasā'il

Exhortaciones

Explicaciones doctrinales

Kitāb Ziyādat al-Ŷawāhir


Índice

  1. Preámbulo

  2. Definición de la Ṭarīqa Tiŷāniyya

  3. Un texto de Ibrāhīm al-Riyāḥi que define la Vía

  4. La Carta Magna

  5. El discípulo Tiŷānī y el Corán

  6. El discípulo Tiŷānī y la anegación del tiempo en el ḏikr

  7. La Šarīca: el criterio del Tiŷānī

  8. Una Vía de conocimiento

  9. Una Vía de esfuerzo (Ŷihād) en el sendero de Dios

  10. Una intriga contra Šayj Aḥmad al-Tiŷānī

  11. Descripción del Sello de los Santos por al-Tirmīḏī

  12. Elogios del Šeij Aḥmad al-Tiŷānī por parte de los Sabios

  13. Los discípulos Tiŷānī, eminencias entre los sabios

  14. La refutación de la Tiŷāniyya: una injusticia deliberada

  15. La contestación según la comprensión

  16. El apego de los Tiŷānī al Corán y a la Sunna

  17. Los Tiŷāni entre los que invocan mucho a Dios

  18. La Tiŷāniyya es una malāmatiyya

  19. Las invocaciones de la Tiŷāniyya no son una innovación

  20. Las letanías de la Tiŷāniyya son muḥammadianas

  21. Las letanías de la Tiŷāniyya provienen de la Sunna

 1 – El peso del Tahlīl en la balanza

 2 – La recompensa del Tahlīl es un favor de Dios

 3 – La šahāda es la mejor acción

 4 – Quien pronuncia la šahāda entra en el Paraíso

 5 – La šahāda expía los pecados

 6 – La šahāda borra los pecados

 7 – La šahāda es una escapatoria (del Infierno)

 8 – La šahāda purga el juramento

 9 – La šahāda es una inviolabilidad

10 – La šahāda es un tesoro

11 – La šahāda en la oreja de un pez

12 – La šahāda expuesta en el Paraíso

  1. Conclusión


A. Preámbulo

Alabado sea Dios, el Señor de los Mundos.

Y que Dios bendiga y dé la paz al mejor de los Profetas, a su Familia y a sus Compañeros, así como a todos los que han seguido y seguirán sus pasos hasta el Día del Juicio Final.

﴿قُلْ هَـذِهِ سَبِيلِي أَدْعُو إِلَى اللّهِ عَلَى بَصِيرَةٍ أَنَاْ وَمَنِ اتَّبَعَنِي وَسُبْحَانَ اللّهِ وَمَا أَنَاْ مِنَ الْمُشْرِكِينَ (سورة يوسف, 108)

Di: «Éste es mi camino. ¡Llamo a Dios! Clarividencia para mí y para los que me siguen. ¡Gloria a la trascendencia de Dios! Yo no soy de los asociadores». Azora de Yūsuf, 12:108.

B. Definición de la Ṭarīqa Tiŷāniyya

La Vía [ṭarīqa] que el šayj Aḥmad ibn Muḥammad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) ha transmitido a sus dichosos compañeros, que ha sido difundida en el mundo entero por sus más grandes representantes, y por la que Dios ha fortalecido el Islām en muchos lugares, se fundamenta simplemente en tres letanías [ḏikr]: la fórmula de arrepentimiento [astagfiru-l·lāh], la oración sobre el Profeta [ṣalātu calà al-nabī'] –cualquier fórmula es buena–, y la fórmula que expresa la Unicidad de Dios [al-kalimātu al-ṭayyibatu]: Lā 'ilāha 'il·lā-l·lāh.

En nuestros libros, en más de una ocasión hemos tratado de manera extensa lo que concierne a esta Vía en particular, y a la espiritualidad musulmana (al-ṭaṣawwuf) en general. El lector puede, por ejemplo, consultar nuestra obra titulada: Kāšfu al-'ilbās can fayḍati al-jatimi 'Abī-l-cAbbās, en la que estos temas han sido tratados con detalle, y esto por la gracia de Dios sobre nosotros y sobre los hombres.

Uno de los eminentes hombres de esta Vía, y a la vez Šayj al-'Islām[1] en tierras tunecinas, nuestro maestro Ibrāhīm ibn cAbd al-Qādir al-Riyāḥī (Dios esté complacido de él) (m. 1266 H.), ha definido esta ṭarīqa en términos precisos, breves y completos. Aquí reproducimos su definición, que proviene de un extracto de una 'iŷāza[2], que él concedió en 1244 H. a Šayj Abū al-cAbbās ibn Aḥmad ibn Sayyid Ṭahir al-Ṣulayqī, y que el gran Sabio y Muftī de Túnez el šayj Muḥammad Fāḍil ibn cĀšūra tuvo la amabilidad de mostrarnos.

C. Texto de Ibrāhīm al-Riyāḥī que define la vía

La Vía de Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) consiste en:

  • Decir una vez el tacawwuḏ para pedir la protección de Dios contra el demonio,
  • Luego la basmala una vez,
  • Luego decir cien veces una oración sobre el Profeta (Dios esté complacido de él) (ṣalāt calā al-nabī'). Se puede utilizar cualquier fórmula, pero la oración que más se practica en la tiŷāniyya es la Oración del que abre (ṣalāt al-fātiḥi). Es la mejor oración ya que contiene unos beneficios inmensos,
  • Finalmente, decir cien veces la fórmula del Tahlīl: Lā ilāha 'il·lā-l·lāh.

Harás esto después de la oración de la mañana [subḥ] y después de la oración de la tarde [caṣr], conformándote así a la prescripción divina:

﴿وَاذْكُر رَّبَّكَ فِي نَفْسِكَ تَضَرُّعاً وَخِيفَةً وَدُونَ الْجَهْرِ مِنَ الْقَوْلِ بِالْغُدُوِّ وَالآصَالِ وَلاَ تَكُن مِّنَ الْغَافِلِينَ (سورة الأعراف, 205)

Invoca a tu Señor en tu alma, humilde y temerosamente, a media voz, mañana y tarde, y no seas de los despreocupados (7:205).

Luego recitarás la waẓīfa una vez cada veinticuatro horas. La waẓīfa consiste en:

  • Recitar treinta veces la fórmula de arrepentimiento siguiente: “Vuelvo hacia Dios, el Inmenso, fuera del cual no hay Dios, el Viviente, el Sublime”,
  • Luego recitar cincuenta veces la Oración del que abre (ṣalāt ul-fātiḥi),
  • Luego recitar la fórmula del tahlīl cien veces,
  • Finalmente recitar la Perla de la Perfección (ŷawharatu al-kamāl) doce veces.

D. De entre las condiciones de la Vía Tiŷāniyya: El respeto de las obligaciones divinas

Esta Vía (ṭarīqa) y sus condiciones se basa en el respecto absoluto de las obligaciones divinas, de entre las cuales, la más importante, es el establecimiento de las cinco oraciones diarias, obligatorias, habiéndose previamente purificado con agua, y con el cumplimiento de todos sus pilares, tal y como lo indica la Orden Divina:

﴿وَأَقِيمُواْ الصَّلاَةَ وَآتُواْ الزَّكَاةَ وَارْكَعُواْ مَعَ الرَّاكِعِينَ (سورة البقرة, 43)

¡Haced la oración, dad la limosna obligatoria e inclinaos con los que se inclinan! (2:43).

Estas oraciones deben realizarse respetando todos los requisitos exigidos, en asambleas sunnitas, fuera de las asambleas de innovadores tal y como lo indica el final del versículo anterior: “e inclinaos con los que se inclinan”.

Las oraciones deben hacerse en las horas prescritas:

﴿... إِنَّ الصَّلاَةَ كَانَتْ عَلَى الْمُؤْمِنِينَ كِتَاباً مَّوْقُوتاً (سورة النساء, 103)

... la oración se ha prescrito a los creyentes en tiempos determinados (4:103),

y con devoción:

﴿قَدْ أَفْلَحَ الْمُؤْمِنُونَ 1 الَّذِينَ هُمْ فِي صَلاَتِهِمْ خَاشِعُونَ (سورة المؤمنون, 2)

¡Bienaventurados los creyentes, que hacen su oración con devoción! (23:1-2).

E. El discípulo Tiŷānī y el Corán

Además de estas obligaciones divinas, el discípulo Tiŷānī debe tener una relación muy íntima con el Corán, a través de la lectura litúrgica, del aprendizaje y de la interpretación. Si se trata de un ḥāfiẓ, es decir de alguien que ya ha memorizado la totalidad del Sagrado Corán, debe intentar leerlo entero cada semana, y si puede, en un período de tres días: siendo esta última manera la mas perfecta. La lectura del Corán es la mejor manera de acercarse a Dios, tal y como se desprende de la visión que tuvo el Imām Aḥmad Ibn Ḥanbal (Dios esté complacido de él) y como así lo establece el Corán mismo, la Tradición (Sunna) de nuestro Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia), el consenso de los Sabios ('iŷmac), la razón y la jurisprudencia.

Para aquél que no puede leer el Corán en tres o siete días, el mínimo consiste en leer al menos dos ḥizb[3] por día. El que no puede leer ni eso, leerá como mínimo algunos versículos cada día.

F. El discipulo Tiŷānī y la anegación del tiempo en el dikr

Según las enseñanzas de la ṭarīqa, se recomienda fuertemente sumergir su tiempo en el ḏikr de Dios el Altísimo. El mejor ḏikr es aquél que viene del Corán, como por ejemplo:

  • al-bāqiyāt ul-ṣāliḥāt: subḥāna-l·lāh wa-l-ḥamdu li-l·lāhi, wa-l·lāhu 'Akbār,
  • o la fórmula, Lā ilāha il·lā-l·lāhu waḥdahu lā šarīka lahu, después de cada oración.

G. La Šarīca: el criterio del Tiŷānī

Todo y la claridad de esta Vía, y de la evidencia, de que proviene realmente del Corán y de la Sunna, algunos empezaron a criticar a Šayj al-Haŷŷ cAlī Ḥarāzim (Dios esté complacido de él), redactor del libro: La quintaesencia de los significados (Ŷawāhir ul-Macānī), simplemente porque fue prolijo, en exponer los favores divinos reservados a esta Vía y las grandes logros espirituales de sus bienaventurados seguidores. Esta gente no pudo soportar la grandeza de estos favores. Entonces los negaron y exageraron hasta el punto de denigrar personalmente a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él). No obstante, fue él, el que precisamente declamó al mundo su célebre frase:

«إذا سمعتم عني شيئا فزونه بميزان الشريع فان وافق فاعملوا به و ان خالف فتركوه»

“Cuando escuchéis de mi alguna cosa, pesadla en la balanza de la šarīca. Conservad lo que se conforma a ella, y rechazad todo lo que difiera”.

Esta frase hace desvanecerse toda crítica fundada realmente sobre bases musulmanas.

H. Una Vía de conocimiento

Muchas consecuencias se derivan de esta declaración. La más importante puede resumirse así: Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) obliga a sus discípulos no solamente a adquirir la ciencia, sino además, a profundizarla en la medida de las posibilidades de cada uno; ya que sólo el sabio puede pesar en la balanza de la Ley revelada (Šarīca), y juzgar, de esta manera, según la palabra de Dios y la de Su Mensajero (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia).

La ṭarīqa Tiŷāniyya se fundamenta pues, en la ciencia y la sabiduría. Así pues, si alguien que dice seguir a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él), comete una innovación condenable, ésta no se le puede imputar a nadie más que a él mismo, y no a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él). Por su declaración histórica, Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) se ha desvinculado de toda responsabilidad en un caso como este, consolidando su itinerario y sus actos, en la Tradición –Sunna– del Mensajero d Dios (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia), tal y como todo el mundo lo reconoce.

I. Una Vía de esfuerzo (Ŷihād) en el sendero de Dios

Está escrito en el libro El Islam: el camino recto, página 109:

En el siglo siete de la Hégira, es decir en el siglo trece de la era cristiana, Sokoto, en Nigeria, era un centro cultural islámico reconocido. Cinco siglos más tarde, con la ayuda de los hermanos sūfīs (tiŷānī) de Marrakesh, la expansión (del Islam) conoció una nueva impulsión que culminó con la creación del Estado de Sokoto, al cual se sometieron la mayoría de los negros del África occidental”.

J. Una intriga contra Šayj Aḥmad al-Tiŷānī: el intento de alteración de la obra ŷawāhir ul-macānī

Poseo un ejemplar del libro Ŷawāhir al-Macānī, escrito de la mano del autor, el Jalīfa al-Haŷŷ cAlī Ḥarāzim Barrāda (Dios esté complacido de él). Estando en Fez en 1329 H., mi maestro y padre, el Jalīfa Tiŷānī de Senegal, al-Haŷŷ cAbdal·lah ibn Sayyidī Muḥammad (Dios esté complacido de él), se encontró con Sayyidī al-Bašir ibn Sayyidī Muḥammad al-Ḥabīb ibn Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él), el cual le dio el ejemplar del libro que ahora está en mi posesión, afirmando que esta copia, estuvo en posesión de Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) durante dieciséis años.

La versión impresa, más difundida entre los hermanos, contiene muchas cosas ajenas a la versión original. Me dí cuenta de ello, enseñando varias veces este libro a grupos de discípulos avanzados, en presencia de grandes eminencias de la Tiŷāniyya: leía mi ejemplar manuscrito, y ellos seguían mi lectura con la versión impresa, me afanaba continuamente en alertarles de las alteraciones. Como ejemplo de estas adiciones, podemos citar la parte titulada al-Maqṣad al-Aḥmadī, que no figura en mi ejemplar.

Informé al Jalīfa Tiŷānī del Cairo, Šayj Muḥammad al-Ḥāfiẓ de este descubrimiento. Tomó prestado mi ejemplar y lo leyó con un grupo de sabios tiŷānī, entre los cuales estaban los maestros de la ciudad de Ismacīliyya. Pudieron confirmar mi constatación comparando con la versión impresa. Este Jalīfa me pidió que le notificara todo esto en un escrito que él guardaría y que podría enseñar en caso de necesidad. Y así lo hice.

Estoy dispuesto a ayudar a toda persona que quiera llevar a cabo una investigación en este sentido, ya que este ejemplar original se quedará conmigo, y por ello doy gracias a Dios. Además, he leído el ejemplar de Šayj Muḥammad al-Ḥāfiẓ al-Tiŷānī al-cAlawī al-Šingītī[4] (Dios esté complacido de él), y he visto que era conforme al mío.

De todas maneras, el intento de alteración de los libros de los sabios musulmanes añadiendo inexactitudes, falsedades o mentiras, no es algo nuevo para los investigadores. Al-Šacrānī, hablando de Šayj Muḥyi ud-dīn al-cArabī al-Ḥātimī (Dios esté complacido de él), dice en su libro: La sutilidad de los dones (Laṭā’if ul-mannān), en la página 121 del volumen I: “...Ciertamente quisieron hacerle decir un conjunto de cosas contrarias a la Šarīca en su libro: Las Revelaciones de Meca (al-Futūhāt al-makkiyya), y en su libro al-Fuṣūṣ...”. Las razones de estas intrigas son diversas. Pero gracias a Dios, estamos atentos y alerta respecto a nuestra ṭarīqa bendita, la ṭarīqa Tiŷāniyya Muḥammadiyya.

[El autor señala aquí el libro de Aḥmad Sukayriŷī: Ŷannāt ul-muntasab, dedicado a las mentiras atribuidas indiscriminadamente a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī, y publicado en el Cairo bajo la supervisión de Šayj Muḥammad al-Ḥāfiẓ al-Tiŷānī]

K. Descripción del Sello de los Santos por al-Tirmīḏī

En su libro El Sello de los Santos (Jātim al-'awliyā’i), al-Tirmiḏī –m. en 279 H.– (Dios esté complacido de él), escribe, en la página 279, lo siguiente:

“Le preguntaron: descríbenos aquel iluminado (gnóstico) que posee la Imāma (la primacía) y el estandarte de los Santos (awliyā’), del que todos los otros Santos dependen, para la intercesión, así como los Profetas (la paz de Dios sea sobre ellos) dependen de nuestro Profeta Muḥammad (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia).

Respondió: En cuanto a su descripción, ya os la he dado.

Le dijeron también: ¿Por qué supera a todos los Santos, hasta el punto de todos ellos tienen necesidad de él?

Él respondió: Porque ha recibido el Sello de la santidad, y se ha vuelto así la prueba de Dios sobre los Santos; ya he recordado al principio de este libro las razones de este sello, y que se resumen esencialmente en el hecho de que la profecía a ha sido otorgada a los Profetas, y no el Sello.

Estos destinos (Profetas) no escapan totalmente a los vicios del alma carnal y de sus contaminaciones. Recibieron entonces a un Profeta (el Profeta de los Profetas) que concluye toda la profecía, del mismo modo que un contrato escrito se sella (y firma) para que la gente no pueda añadir o quitar lo que sea; ya he descrito esto en lo que precede.

Dios hace seguir a este Santo el camino de Muḥammad (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia), cuya profecía está sellada por el Sello de Dios. Así como Muḥammad (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) es el argumento de Dios contra los otros Profetas (la paz de Dios sea sobre ellos), este Santo es también el argumento de Dios contra los otros Santos, hasta tal punto que Dios les dice: “Os he dado la santidad, y no la habéis liberado completamente de la influencia del alma carnal. He aquí uno más débil que vosotros, más joven, que ha realizado la santidad con una sinceridad total, y que no le ha dado ninguna parte al alma carnal”.

Todo esto sucedió en el mundo invisible (gayb) por la gracia de Dios hacia éste servidor cuando le dio el Sello, para la consolación de Muḥammad (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia), para que el Día del Juicio, Satán se quede solo y desamparado, y el alma carnal pierda toda esperanza y permanezca velada. Aquel día, los Santos se alegrarán del favor que se les hace; y cuando venga el pavor, él (el Sello de los Santos) no será deficiente. Muḥammad (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) vendrá con su sello para traer la inmunidad contra este pavor. Entonces vendrá este Santo con su sello, trayendo con él la salvación por la veracidad de su santidad. Por esta razón los Santos lo necesitan.

El Sello de los Santos tiene una posición prodigiosa y, de una manera más general, el Hombre tiene una posición elevada. Su creación es una cosa inmensa, simplemente porque Dios creó a Adán con Su Mano y lo nombró como Su Lugarteniente (jalīfa) en la tierra. Es generalmente admitido que un lugarteniente posee una parte del poder del Gran Rey”.

L. Elogios dirigidos a Šeij Aḥmad al-Tiŷānī por parte de los Sabios

En mi libro: Aviso a los Puros (Tanbīhu al-'aḏkiyā'), ya he expuesto una serie de apreciaciones de sabios musulmanes del Norte de África y de otras regiones, sobre Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él). Vuelvo a dar aquí alguna de ellas ya que no deseamos extendernos sobre el tema.

Los sabios de esta religión y los grandes maestros verídicos de todos los países, de los cuales no podemos sospechar que han dado falsos testimonios, han elogiado a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él). Todos estos elogios se refieren a su ciencia y a su conocimiento de Dios (gnosis, en árabe macrifa).

a – Elogios de los sabios del Magrib

1. En su libro Los Nobles (Al-'Ašrāf), el gran sabio Ḥamdūn ibn al-Ḥāŷŷ afirma que su padre elogiaba a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) por su ciencia y su conocimiento de Dios. Lo consideraba como uno de los maestros perfectos de la religión. Sobre él compuso estos versos:

Y menciona también a la luna resplandeciente, a la claridad de Abū

al-cAbbās, quiero decir Aḥmad al-Tiŷānī

El Sol de la Nobleza, el Polo del círculo de la dirección espiritual

Luna llena de la beatitud, estrella del embellecimiento

Mar de la generosidad que nos gratifica con sabidurías, él el cenit,

Como el diamante entre las piedras y las coronas

Belleza, Imām, se ha elevado en muchos grados

En las acciones piadosas, y no se ha demorado.

2. El Šayj al-Ṭālib ibn al-Ḥaŷŷ, en su comentario del libro: El Guía (al-Muršīd), ha dicho, comentando la frase “Es una obligación, creer en la autenticidad de los Profetas”, lo siguiente:

Sayyidī Šayj Aḥmad al-Tiŷānī, el gnóstico, que Dios nos haga beneficiar de sus bendiciones…”.

3. En su libro: El brebaje presente y el secreto esperado en las fuentes de algunos sabios del siglo trece (al-šarbu al-muḥtaḍar wa al-sirru al-muntaẓar min macīni bacḍi ahli al-qarni al-ṯāliṯa cašara), el gran sabio, perfecto y noble, Ŷacfar ibn Idrīs al-Kitānī, ha dicho lo siguiente:

“Entre ellos, el Santo, el Célebre, el Polo, el Desprovisto de ambigüedad, el Grande, el Salvador, el Devoto, Abū-l-cAbbās, Sayyidī Aḥmad al-Tiŷānī...”.

Y ha añadido:

“...sus cualidades son grandísimas, sus estados espirituales prodigiosos, su estación en la santidad elevadísima...”.

4. En la página 180 de la primera parte de su obra: El alivio de las almas (Salwat ul-'anfās), el sabio influyente, Muḥammad Ŷacfar al-Fāsī al-Madanī al-Ḥassanī al-Kitānī ha dicho lo siguiente:

“El Šayj que ha alcanzado el recinto precintado de Dios, el Modelo, el Realizado, el Piadoso, el Grande, el Gnóstico Consagrado, la Montaña de la Sunna[5], el Signo de los Bien Guiados y Temerosos de Dios, el Gran Sabio sumamente receptivo, el Asociado, el Inteligentísimo, el que ha conseguido reunir el exoterismo (šarīca) y el esoterismo (ḥaqīqa)...”.

5. En su libro: Rechazo de la condenación de aquél que ha prohibido la práctica del Ḥadīth débil para las obras meritorias (Raf’u al-citābi wa al-malām can man qāla: al-camalu bi-l-da'īf ijtiyāran ḥaram), en la página 53, Šayj Abū cAbd Al·lāh Maḥmad al-Qādirī describe así su maestro (šayj):

“El gnóstico, mi maestro, Aḥmad al-Tiŷānī”.

Del mismo modo, en su comentario al poema al-Burda del Imām al-Buṣayrī (Dios esté complacido de él), dice que su padre le recomendó amar a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él). Además de todo esto, dijo:

“Conoció a su maestro y al maestro de su padre Abū al-cAbbās Aḥmad al-Tiŷānī, y testimonió que él amaba a este Šayj”.

Estas gentes eran sabios de Fez.

6. En su libro: La Investigación (al-'Istiqṣā), el gran sabio, el célebre, el genealogista, Aḥmad al-Nāṣirī al-Lāwī, que Dios lo tenga en Su misericordia, ha dicho en la página 137, de la parte 4,

“que el Šayj Aḥmad al-Tiŷānī está lleno de compostura y que influye en las ciencias”.

En la página 146 de la misma página, dice:

“Cuando se explica la prohibición de visitar a los Santos [con el fin de sacar de ellos un provecho espiritual] detenidamente, correctamente y sin ambigüedades, evitando toda polémica, (se entiende que esta prohibición) es totalmente pertinente, y no contradice en nada los fundamentos de la Ley Divina (šarīca). Este punto de vista es el del jurista y gnóstico Abū-l-cAbbās Aḥmad al-Tiŷānī, que ha prohibido a sus compañeros la visita a otros santos”.

Finalmente, en la página 150 de la misma parte, dice:

“El Šayj, el Gnóstico, el Imām, Abū-l-cAbbās al-Tiŷānī, Guía supremo de la ṭarīqa Tiŷāniyya”.

b – Elogios de sabios tunecinos

En su libro: Safwatu al-ictibār bi-mustawda'i al-amṣār, en la página 32, Šayj Muḥammad al-Bayram al-Jāmis al-Tūnisī al-Misrī (m. en Egipto en 1370 H.), ha descrito así el Šayj:

“El Polo, el Virtuoso, Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él)”

Y recuerda un poema en el que Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) llama a Dios cuando encontró ciertas dificultades en Túnez.

c – Elogios de los sabios de Šams (Siria)

1. En la página 349, parte 1, de su libro: Colección de algunos prodigios de los Santos (Ŷāmicu karāmāti al-awliyā'), el Imām, el Excelente, el Amante, el Realizado, Yūsuf al-Nabahānī describe así a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él):

“Guía de los gnósticos, una de las eminencias de entre los Santos ”.

En su libro: La felicidad de los dos mundos (Sacādat ul-dārayni), ha dicho:

Šayj Aḥmad al-Tiŷānī es de aquellos que han recibido sus letanías y oraciones (awrād wa aḏkār) directamente del Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) en estado de vigilia”.

Y recordó en su libro algunas particularidades notables de la oración la “Perla de la Perfección” (Ŷawhārat ul-kamāl).

2. Otro sabio, el célebre y ejemplar Muḥammad Fāl ibn Muḥammad ibn Aḥmad al-cĀqil, ha dicho:

Aḥmad, más conocido con el nombre de al-Tiŷānī dotado de conocimiento, de secretos y de gnosis”.

3. cAbdal·lah ibn Aḥmad Dām, reconocido por su alto rango entre sus contemporáneos de capital y de provincia, describe al Šayj y a su ṭarīqa en el poema siguiente (del que damos los primeros versos):

Allá ellos los que ponen en entredicho la ṭarīqa de al-Tiŷānī;

En cuanto a mí, estoy convencido de su perfección.

Quien lee los libros que ha difundido

Verá en ellos palabras verdaderas, de las que todas guían...

d – Elogios de los sabios de Egipto

En su libro: La Propagación del Islām en el continente africano ('Intišār ul-islām fī al-qārat il-'Īfrīqiyya), el doctor Ḥassan Ibrāhīm, Rector de la Universidad Usyūṭ, dice en la página 44:

“Entre las cofradías sūfīs, la ṭarīqa Tiŷāniyya, es la que ha conocido la difusión más vertiginosa. Fue fundada por Abū al-cAbbās Aḥmad ibn Muḥammad al-Mujtār ibn Sālim al-Tiŷānī (1737-1810 d.C.), que era originario del pueblo de cAynu Māḍī en Argelia. Luego efectuó varios viajes en países musulmanes, en regiones como las de Tlemcen, Meca, Medina, el Cairo, etc. Prosiguió su formación con maestros de estas ciudades. Finalmente fundó su propia cofradía sufí. En 1782 d.C. efectuó un retiro en el desierto (al-saḥra), y luego se instaló en Fez, en 1797. Allí pasó gran parte de su vida, organizando y difundiendo su Vía. Designó a sus Compañeros como sus “Amigos” (al-aḥbāb). Prohibió a sus Compañeros afiliarse a otras cofradías sufíes. Podemos recordar de ellos la práctica constante de letanías (ḏikr), de la lectura del Corán, de ) muy precisas, hechas enrinvocaciones, de oraciones sobre el Profeta ( momentos también determinados”.

e – Conclusión

Hemos expuesto algunos de los brillantes elogios, de los sabios de la religión musulmana, que además no eran miembros de la ṭarīqa Tiŷāniyya.

Y ciertamente la gente no carece de inteligencia a tal punto que señala el bien ahí donde no lo ve.

M. Los discípulos Tiŷānī, eminencias entre los sabios

No nos extenderemos sobre el número y la calidad de los sabios que, de entre los culamā' esta religión, han estado sometidos a la autoridad espiritual de Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él), y que han seguido su Vía, tanto ayer como hoy. Su número y su existencia en todas las regiones del mundo son suficientes para ilustrar el valor de esta Vía.

Contentémonos pues de citar algunos extractos del libro, La auténtica Fe (al-'Īmān al-saḥīḥ), del gran sabio, Qāḍī marroquí, Aḥmad Sukayriŷi, (página 60), libro en el que ha defendido vigorosamente a su maestro Aḥmad al-Tiŷānī.

1. Algunos sabios de Túnez

Si Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) hubiera tenido como único discípulo a Abū Isḥāq Ibrāhīm al-Riyāḥī (Dios esté complacido de él), esto habría sido ampliamente suficiente para que la gente siguiera su camino. No es necesario presentar a Abū Isḥāq Ibrāhīm al-Riyāḥī (Dios esté complacido de él), cuya estatura, ciencia y práctica son más visibles que un fuego encendido en la cima de una montaña. La familia de los Rayyāḥī forma parte de la antiguas familias tradicionales más nobles de la metrópolis tunecina, sede de la Jilāfa del Šayj Aḥmad al-Tiŷānī en esta región.

Entre las familias célebres por su mérito y su amor a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) en Túnez, podemos citar igualmente a los hijos benditos de al-Nayfar, familia arraigada en la ciencia; pero también a la familia de los hijos de Bayram, que es de gran nobleza.

2. Algunos sabios del Magrib y de Senegal

Citemos en particular a las familias de Kanūn, de cAlawiyyīn, de al-Mawlā cAbd al-Malik al-Ḍarīr, de al-Mawlā cAbd al-Salām ibn cUmar, de Bannānī (en la que encontramos a Šayj Aḥmad ibn Aḥmad Kal·lā Bannānī), de Qabāḥ, de Abi Halālī, de Saqāṯ (familia de santidad y de virtud), de Ŷasūs de Rabat (familia de lealtad y de justicia), y tantas otras familias que no podemos enumerar.

Todas estas familias han contribuido a la propagación de la ṭarīqa en todas las regiones. Entre ellas, podemos destacar a título de ejemplo la familia del Haŷŷ Malik Sy en Dakar (Senegal) y la familia del Haŷŷ cAbd Al·lāh Nyasse en Kaolak (Senegal).

Son algunas de las innumerables eminencias en el ámbito del conocimiento que Dios ha honorado, haciéndolas afiliarse a la ṭarīqa Tiŷāniyya.

N. La refutación de la Tiŷāniyya: una injusticia deliberada

El Qāḍī Aḥmad Sukayriŷi termina con estas palabras (páginas 90-91):

“Cada una de estas personas está a la cabeza de una comunidad que Dios ha colmado. Quien pretende hacerlos pasar por extraviados se encamina hacia su perdición. ¿Acaso el Profeta Muḥammad (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) no ha dicho que su comunidad jamás se reunirá alrededor de lo falso? Intentar pues hacerlos salir de la religión musulmana por un simple diferencia de punto de vista sobre un problema preciso, no puede ser la actitud de un creyente”.

Uno no puede reprimir su risa, cuando oye a cierta gente criticar y cuestionar a estos prestigiosos maestros, citando el versículo:

﴿...الْيَوْمَ أَكْمَلْتُ لَكُمْ دِينَكُمْ وَأَتْمَمْتُ عَلَيْكُمْ نِعْمَتِي وَرَضِيتُ لَكُمُ الإِْسْلاَمَ دِينًا... (سورة المائدة, 3)

Hoy os he perfeccionado vuestra religión, he completado Mi gracia en vosotros y Me satisface que sea el Islam vuestra religión. (5:3)

Ellos declaran que estos maestros han tomado dioses en lugar de Dios. Esto es una injusticia deliberada, ya que estos Guías (que Dios esté satisfecho de ellos) ni han permitido lo que Dios ha prohibido, ni han prohibido lo que Dios ha permitido –y que Dios los preserve de ello.

No han aportado tampoco nada ajeno a esta religión, más bien se han aferrado a la Cuerda de Dios (al-curwatu al-wuṯqà, 2:257; 31:22) y a la tradición del Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia). No han ordenado ni prohibido nada más que lo que Dios y Su Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) han ordenado y prohibido. Dios, les ha dado discípulos, de entre Sus siervos, que siguen lo que pueden soportar de sus enseñanzas. Estos discípulos merecen pues recibir el calificativo coránico “al-ḏakirīna Al·lāha kaṯīran” (aquellos que invocan mucho a Dios). Muchos de ellos se elevaron tanto, gracias a Dios, que se volvieron predicadores del bien.

O. La contestación según la comprensión

La contestación de Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) y de sus Compañeros es una marca de jactancia y de ignorancia. Al-Kansūsī cita del libro del Šayj al-Šacrānī Las Joyas y las Perlas (al-Ŷawāhiru wa al-durar) lo siguiente:

“He oído a mi maestro (Sayyid cAlī al-Jawwās) decir:

Los especialistas de la Ley (fuqaḥā), los discípulos sufíes, los sufíes gnósticos, los sufíes completos y los Polos: cada uno niega los grados que le son superiores porque ignora estos estados. El que sólo conoce el espíritu exterior de la Ley puede contestar el discípulo sufí. Éste contestará el sufí avanzado, que a su vez podrá sospechar del sufí gnóstico. Éste último no puede contestar a nadie, ya que ya ha atravesado todas las etapas”.

P. El apego de los Tiŷānī al Corán y a la Sunna

Toda persona sincera sabe que Šayj Aḥmad al-Tijānī (Dios esté complacido de él) practicaba constantemente el ḏikr en las dos extremidades del día, y en el transcurso de la noche. Y aconsejaba a sus discípulos hacer lo mismo. Si todos los actos rituales de la Tiŷāniyya concurren a la remisión de los pecados, entonces la afirmación según la cual toda persona que sigue asiduamente esta vía ve sus pecados borrados, no es para nada sorprendente.

Este Šayj y sus Compañeros son de los que practican la purificación por el agua, que realizan exhaustivamente la oración, que recitan el Corán (de memoria y leyéndolo en el texto escrito), que dan limosna, que rezan, que hacen el peregrinaje, que hacen la guerra santa. Todas estas cosas, las recomienda intensamente Šayj Aḥmad al-Tijānī (Dios esté complacido de él), el que se ha extinguido en Dios, el Sabio, el Piadoso, el Devoto, el que se ha totalmente consagrado a Dios.

Q. Los Tiŷāni entre los que invocan mucho a Dios

Esta respuesta del gnóstico, el jurisconsulto y la voz de la Vía, cAbd Al·lāh al-Kansūsī, hace callar toda crítica sobre este punto:

“…Estas gentes (de la ṭarīqa Tiŷāniyya), por Dios, pertenecen al mejor grado de esta comunidad islámica. ¡Alabado sea Dios! Son puros de toda mancha. ¿Y porqué no puede ser así, puesto que ayunan, rezan, e invocan a su Señor mañana y tarde, deseando Su Faz? Entre ellos, hay quien no come alimentos ni bebe durante el día, salvo los días de fiesta. Otros ignoran el sueño durante la noche. Otros no recitan entre el día y la noche menos de diez mil oraciones sobre el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él), utilizando Ṣalātu al-Fātihi”.

R. La Tiŷāniyya es una malāmatiyya

Al-Kansūsī continúa:

“No son ni pretenciosos, ni presuntuosos; no reclaman ningún trato especial en el seno de la comunidad. Cada uno se dedica a sus ocupaciones cotidianas (trabajo, compras, etc.). Sin embargo, algunos de entre ellos, se encuentran en la cima más alta de los estados espirituales verdaderos, estados adquiridos y no obtenidos por predisposiciones particulares o naturales. No hay ninguna duda de que forman parte de las eminencias de la malāmatiyya, cuyo jefe de fila es Abū Bakr al-Ṣiddīq (Dios esté complacido de él)”.

S. Las invocaciones de la Tiŷāniyya no son una innovación

Las letanías (al-awrād) de esta ṭarīqa son del Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia). Aquellos que las practican tienen la confirmación de su utilidad. Nada es más útil para un musulmán sino la constancia en la invocación de Dios y la predicación de la religión del Islam en actos y en palabras. En cuanto a nosotros, no declaramos infiel a ningún musulmán. Ya que declarar infiel a un musulmán que reza representa una posición insostenible. En cambio, si alguien la toma con nosotros injustamente y nos trata de infieles, estaremos en nuestro derecho de llamarle infiel.

Y esta postura se fundamenta en el ḥadīṯ del Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) que dice:

“Si alguien declara a una persona infiel, entonces uno de entre los dos lo es”.

En realidad, cuando un alumno se sienta delante de un maestro y le pide que le enseñe, y éste le enseña las invocaciones que debe decir, en número preciso, después de cada oración obligatoria, por la mañana y la noche, después de las abluciones, en el momento de irse a dormir, después del witr, durante las circumambulaciones entorno a la Kacba (ṭawāf) por ejemplo, el alumno no realiza ninguna innovación en la religión, y el maestro tampoco.

T. Las letanías de la Tiŷāniyya son muḥammadianas

El gran sabio Abū Bakr al-Daymānī al-Šingītī ha dicho:

¿Acaso es idolatría el hecho de que un servidor declare

Sinceramente que no hay más Dios que Dios,

Que solicite el arrepentimiento por el istigfar, y que espere

La remisión de las faltas que ha cometido?

¡O hombres! Si esto es idolatría, entonces sed idólatras,

Ya que ciertamente tendréis un final feliz y bendito.

Hasta en el caso de que fuera Satán quien hubiera recomendado estas invocaciones, su práctica no sería menos lícita, ya que según el ḥadīṯ:

“Puede que el mentiroso te diga la verdad”.

Entonces ¿qué podemos decir si han sido recomendadas por un santo de entre los Amigos de Dios, y si son las invocaciones del Profeta?

Tolerándose mutualmente, la gente se ha afiliado a Šayj cAbd ul-Qādir al-Ŷilānī (Dios esté complacido de él), o bien a Šayj Abū-l-Ḥassan al-Šāḏilī (Dios esté complacido de él), o bien a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él). ), y todo viene a ser lo mismo: las invocaciones son las del Profeta ((la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) se trata del recuerdo de Dios, y no del recuerdo de otro.

U. Las letanías de la Tiŷāniyya provienen de la Sunna

Terminamos esta epístola recordando las invocaciones que llevan a la remisión de los pecados, con el fin de que se extravíe únicamente el que quiere extraviarse en toda conciencia, y que se salve el que quiere salvarse.

En su libro al-Ṭabaqāt ul-šāficiyyat il-kubrā, Tāŷ ul-Dīn il-Sabkī, dice:

“Según cAbda-l·lāh ibn Qatāda, citando a su padre, el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) ha dicho: “El fuego no alcanzará quien atestigüe con convicción que no hay más Dios que Dios, y que Muḥammad es su mensajero”.

1 – El peso del tahlīl en la balanza

[Según un ḥadīṯ relatado por cAbdal·lah ibn cUmar (Dios esté complacido de él), el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) ha dicho que en el Día del Juicio, Dios, presentará al hombre innumerables e interminables registros que contienen todas sus malas acciones, entonces le dirá:]

- ¿Niegas acaso la más mínima cosa contenida en estos registros?

- No, Señor, responderá el servidor.

- ¿Tienes alguna excusa o alguna buena acción?, preguntará Dios.

- No, Señor.

- Posees buenas acciones aquí registradas, y no serás víctima de ningún perjuicio.

Se sacará una pequeña carta, en la que estará escrita la fórmula “Atestiguo que no existe sino Dios y que Muḥammad es Su Servidor y Su Enviado” que había pronunciado el hombre. Éste dirá:

- ¡O Dios mío! ¿Qué representa este trozo de papel al lado de todos estos registros?

- Ningún agravio te alcanzará.

Se pondrán los registros sobre un plato de una balanza, y en el otro el trozo de papel. La balanza indicará el lado del trozo de papel.

2 – La recompensa del tahlīl es un favor de dios

Continuamos citando a Tāŷ ul-Dīn il-Sabkī:

“al-Layṯ ibn Sacīd tiene propósitos semejantes, lo que los autentifica. Por el hecho de que la balanza indica el lado del trozo de papel, se entiende que la doble šahāda borra estos pecados, y no se trata aquí de una innovación. Tampoco es de extrañar que por Su generosidad, Dios, glorificado sea Su Nombre, haga de la doble šahāda una posibilidad de remitir los pecados pasados. Citaremos algunos ḥadīṯ que lo muestran. Y hasta puede que por las buenas acciones se obtenga la redención de un pecado que aún no se ha cometido.

¿Acaso no consideras los Combatientes de la gran batalla de Badr, y las palabras del Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia)?: “Dios ha preguntado por los Compañeros de Badr, y ha dicho: Haced lo que querías, os he absuelto de todos vuestros pecados”.

Según Abū Hurayra (Dios esté complacido de él), el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) ha dicho:

“Aquél que ayuna el mes de Ramadán, con fe y esperanza en la retribución divina, verá sus pecados pasados y futuros perdonados”.

Y también:

“Quien pasa la Noche del Destino (laylat ul-qadr) en vela, rezando, con fe y esperanza en la retribución divina, verá sus pecados pasados y futuros perdonados”.

En los dos Saḥīḥ de al-Bujārī y Muslim, se relata que el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) ha dicho:

“El que, durante la oración, pronuncia la fórmula “Amīn” al mismo tiempo que los Ángeles, verá sus pecados perdonados”.

Es igualmente bien conocido que la tradición profética afirma que el ayuno del día de la estación de cArafa (el noveno día del mes de Ḏu-l-Ḫiŷŷa) borra los pecados del año pasado y del año a venir, y que el ayuno del mes de cĀšūrā (el décimo del mes de Muḥarram) borra los pecados del año pasado. Del mismo modo, al que hace el gusl el viernes, se dirige hacia la mezquita, realiza algunas oraciones, escucha el sermón del Imām, y realiza la oración semanal del viernes, se le perdonan sus pecados de un viernes para otro, añadiéndole además a esto tres días. El ḥadīṯ afirma también que entrar en el Islām borra todos los pecados anteriores. El gran peregrinaje (haŷŷ) y el pequeño peregrinaje (cumra) borran cada uno los pecados, a condición, claro está, de que sean aceptados”.

3 – La šahāda es la mejor acción

En su libro, Las invocaciones (Kitāb ul-ducā'), al-Tabarānī relata que Abū Ḏarrin (Dios esté complacido de él) ha dicho:

“Dije: “¡O Profeta! Enséñame una práctica que me acerque al Paraíso y me aleje del Infierno”, Él (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) me respondió: “Cuando haces una mala acción, haz que la siga una buena obra, ya que se necesitarán diez veces la primera acción”. Yo le dije: “¡O Profeta! ¿Es una buena acción pronunciar la šahāda?”. Él respondió: Es la mejor de todas las buenas obras”.

El ḥadīṯ: “Borra tu mala acción haciéndola seguir por una buena obra” va en el mismo sentido. Sin embargo, sabemos que los pecadores serán necesariamente castigados, conforme a los 'aḥadīṯ auténticos. Pero puede que esto sea el caso de ciertos individuos, con excepción de otros, y esto únicamente por la gracia y la generosidad de Dios.

Puede que por esta razón, este pobre hombre, tocado por el desconcierto y el envilecimiento, percatándose de la inmensidad de sus pecados al lado de la pequeña cantidad de sus buenas acciones, se ha aferrado a lo que podía aportar este favor: la remisión de todos sus pecados.

4 – Quien pronuncia la šahāda entra en el paraíso

Recordemos aquí el ḥadīṯ relatado por Abū Hurayra (Dios esté complacido de él): “El Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) ha dicho a Abū al-Dardā: “Anuncia a los hombres que quienquiera que atestigüe que no existe sino Dios y que Muḥammad es su Mensajero, entrará en el Paraíso”.

5 – la šahāda expía los pecados

Abū Bakr al-Ṣiddīq (Dios esté complacido de él) ha dicho: Pedí al Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia)  que me diera una fórmula que expiara los pecados y me indicó la šahāda.

6 – La šahāda borra los pecados

Ṯābit oyó de Anas (Dios esté complacido de él) esto:

“Un hombre vino hacia el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) y le dijo: “O Profeta, he cometido todo tipo de pecados, pequeños y grandes”. El Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) le respondió: “¿Has dicho que no existe sino Dios y que Muḥammad es Su Enviado?”. Él respondió que sí.  Entonces el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) le dijo: “Esto supera lo otro”.

7 – La šahāda es una escapatoria

Abū Bakr al-Ṣiddīq (Dios esté complacido de él) ha dicho:

“Le dije al Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia): “¿Cómo escaparemos en nuestra situación actual?”. Él (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) respondió: “Quien declara que no hay Dios más que Dios, sin asociados, y que yo soy Su Enviado, encontrará la salvación”.

8 – La šahāda purga el juramento

Ibn cAbbās (Dios esté complacido de él) relata:

Dos hombres fueron a ver al Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia). Uno exigía un derecho sobre el otro. Cuando le pidieron una prueba, no pudo darla. El otro juró por Dios, fuera del cual no hay otro que Él, que no le debía nada. El Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) sabiendo que éste mentía, le dijo: “Dale lo que te reclama, y expía tu (falso) juramento por Lā 'ilāha 'il·lā-l·lāh”.

9 – La šahāda es una inviolabilidad

Äl-miqdâd rapporte: J'ai demandé au Prophète (PSL) en lui disant <>. Il (PSL) dit <>, deux ou trois fois puis ajouta: <>

Ce hadith est rapporté dans les deux recueils authentiques de Muslim et Bukhari.

10 – La šahāda es un tesoro

Ibn Ḥaŷīra oyó a Abī Ḏarrin relatar que el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) ha dicho que el tesoro citado en el Corán, en la azora de la Caverna (18:82), es una plaqueta de oro sobre la que hay inscrito: No existe sino Dios y Muḥammad es Su Enviado.

Me resulta sorprendente que alguien que cree en el destino pueda instalarse tranquilamente en este mundo, que alguien que ve como esta vida terrestre se burla de los que la persiguen pueda encontrar en ella su sosiego.

11 – La šahāda en la oreja de un pez

Yazīd ibn al-cAṭār ha dicho:

...En su oreja derecha (del pez) estaba escrito: Lā 'ilāha 'il·lā-l·lāh, y sobre el occipucio y la oreja izquierda: Muḥammadun Rasūlu-l·lāh. Estas inscripciones eran más claras que si estuvieran grabadas sobre la piedra. El pez era blanco y la escritura negra, hasta el punto de que podía pensarse que se trataba de tinta. Tiramos el pez al agua, y la gente dejó de pescar en este punto del mar hasta que nos fuimos.

12 – La šahāda expuesta en el paraíso

Según Anas ibn Mālik (Dios esté complacido de él), el Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia) ha dicho:

La primera: Lā ilāha illā Dios.

La segunda: Hemos encontrado lo que habíamos ahorrado para la vida futura, hemos beneficiado de lo que hemos comido, hemos perdido lo que hemos descuidado.

La tercera: Una comunidad pecadora, un Señor que vuelve (hacia las criaturas).

V. Conclusión

Que Dios nos inspire la sensatez y la rectitud, y que nos dirija hacia lo que conviene.

¿Aceptáis ridiculizarnos y que nosotros os honoremos?

¿O que os protejamos cuando vosotros nos injuriáis?

El mejor dicho es aquél que, siendo breve, también guía. Es Dios El que guía hacia el camino recto. Él dice la Verdad y dirige sobre el buen camino.

[El autor acaba su texto con dos poemas sobre la ṭarīqa Tīŷāniyya de Sayyidī Maḥanda Bāba al-Daymānī y de Muḥammad Bello ibn Šayj cUthmām Dan Fodyo, Amīr ul-mu'minīn. Un último poema de elogios concluye todo el libro].

 

1 Se utiliza esta distinción para designar a una autoridad religiosa unánimemente reconocida.

2 Nombramiento de grado de maestro que otorga la autoridad para transmitir y representar a la ṭarīqa.

3  Un ḥizb es aproximadamente una sesentava parte del Corán.

4 Se trata del propagador de la ṭarīqa Tiŷāniyya en Mauritania, y luego en África subsahariana. Conoció personalmente a Šayj Aḥmad al-Tiŷānī (Dios esté complacido de él) en Fez.

5 Tradición del Noble Profeta (la paz y la bendición de Dios sean sobre él y su familia).

Centro de Estudio y Difusión de la Vía Tiŷāniyya